4 ene 2008

Próximamente. Reconstruyendo la Historia del Hipódromo de las Americas, aquí en el blogs “RUMBO A LA META”.


Grandes páginas se han escrito a través de los 62 años que lleva el Hipódromo de las Americas en funcionamiento y miles de aficionados han presenciado y disfrutado grandes batallas escenificadas por grandes estrellas que han corrido en la pista del Hipódromo de las Americas. Sin embargo, muy pocas imágenes se disponen de esas titánicas batallas.
Es por lo anterior, que a solicitud de turfánaticos se abrirá un espacio dedicado a Reconstruir a través de imágenes, videos y anécdotas la experiencia vivida por los aficionados a las carreras de caballos y los protagonistas de esas batallas.
Reconstruyendo la Historia del Hipódromo de las Americas, tiene como objetivo que los usuarios y lectores de este blogs compartan fotografías, videos y artículos sobre las grandes batallas escenificadas por los corceles que han hecho la historia hípica mexicana, que indiquen el año, día de carrera, caballos protagonistas y la anécdota sobre la carrera en cuestión que se presenta en la fotografía o video. Se espera, que a través del apoyo y participación de los turfánaticos se recopilen fotografías y videos desde los inicios del Hipódromo de las Americas hasta nuestros días y que existan evidencias fotográficas y anécdotas que respalden ese momento mágico que se vivió en el Hipódromo de las Americas.
Y para muestra basta un botón, a continuación damos a conocer El Clásico del Caribe de 1969, cuando Guadamur conquisto el IV Clásico del Caribe, aquí en el Hipódromo de las Americas.



Guadamur el ídolo de México gana con facilidad el IV Clásico del Caribe en 1969.


El Histórico Guadamur ganando el Handicap de las Americas en 1969.
Foto obtenida de la página oficial del Hipódromo de las Americas.


Por: Miguel Angel Arévalo González



De acuerdo a los conocedores el 5 de febrero de 1969, debutó en el Hipódromo de Las Américas, un potro de la cuadra Carrusel, propiedad de Raúl Cano Faro, fue una carrera en donde ocupo un modesto segundo lugar que no causó mayor impacto en el público asistente.
Sin embargo, el hijo de Talgo II y Melusina, de nombre Guadamur, habría de convertirse en el consentido del público mexicano en los meses que prosiguieron al día de su debut, pues casi de inmediato inició una campaña de grandes victorias y sorprendentes resultados que lo condujo a una esplendorosa victoria en el Handicap de Las Américas en mayo de ese mismo año.
Y en ese mismo año, Guadamur, es nominado para participar en el IV Clásico Internacional del Caribe, cuya celebración sería en México, arriba a esa prueba internacional con un récord de cinco triunfos en solo nueve salidas y entre sus victorias destacaba el triunfo obtenido en el XXVII Handicap de las Americas.
Cuando llegó el mes de diciembre, Guadamur ya se había convertido en el favorito de los aficionados, dicho potro tenía ese “Angel” que cautiva y atrae a los aficionados a eventos especiales e importantes y la atracción de esa tarde era nada más y nada menos que Guadamur.
De acuerdo a los grandes conocededores nunca, en toda la historia, el Hipódromo de Las Américas había registrado una concurrencia como la de ese día. Jamás ha sido superada, pues aunque no hay un dato preciso del número de aficionados que asistieron a tal evento, en ese día en que se llevo a cabo el Clásico Internacional del Caribe una multitud inmensa abarroto las instalaciones de la Loma del Sotelo, el solo hecho de casi no poder dar paso en las amplias, amplísimas instalaciones, fueron evidencias contundentes de que Guadamur había roto todos los récords de entrada en el bello escenario y era el consentido de la afición hípica.
Entre los competidores de Guadamur en esa justa internacional destacaban: Arrecife caballo venezolano que en su última presentación antes del Clásico del Caribe había logrado un segundo lugar en el Clásico Simón Bolívar; Quimera (Panamá), Las Mareas (Puerto Rico), Tropel (Colombia),Fiordo (México) y Príncipe Azul (República Dominicana).
Al llegar el día en que se celebraría el IV Clásico Internacional del Caribe los caballos mexicanos tenían la obligación de mantener la supremacía en esa justa internacional, ya que en las ediciones anteriores en 1966 año en que celebra la primera edición del Clásico del caribe Venezuela se llevo esa justa con “Victoriado”, en 1967 El Comanche representante de México y propiedad de la cuadra San Luis había ganado el II Clásico del Caribe y en la tercera edición “Coqueta”, la representante mexicana llega en segundo lugar montada por el jinete panameño Concepción Barria, atrás de Winsor G representante de Puerto Rico.
Es así como, Guadamur y los caballos de los distintos países del caribe salieron a la pista y la atención del público fue hacia el caballo consentido de la afición mexicana y que en esta ocasión sería conducido por un joven jinete Alberto Zepeda.
El grito repetido de “Guadamur, Guadamur, Guadamur”… atronaba el espacio. El público se había entregado sin reservas a su ídolo y casi ignoró a Gumiel, también de la Cuadra Carrusel y a Fiordo, el otro potro mexicano, propiedad de Gustavo Zepeda Carranza.
Alberto Zepeda, jinete en Guadamur, estaba nervioso. La emoción única, producida por el grito de guerra surgido de las tribunas, lo afectó de tal manera durante el desfile, que cuando el anunciador oficial pronunció el nombre de Guadamur y del suyo, no pudo más. Sacó a su potro de la fila y lo puso a trotar, al tiempo que otro grito, una simple exclamación de sonido indefinido, producido por la emoción contenida de un público expectante, atronó el espacio.
Unos minutos más tarde los competidores se acercaron al arrancadero para dar inicio al IV Clásico del Caribe y cuando se abren las puertas del arrancadero sale de manera vertiginosa Guadamur y el público asistente desde el inicio a fin de la carrera apoyaron de manera ruidosa a los caballos mexicanos.
Desde el primer instante, Guadamur fue el amo. Cruzó la meta por primera vez bajo una verdadera tormenta de aplausos, de gritos y de exclamaciones de apoyo, niños, jóvenes y adultos gritaban el nombre del potro mexicano llamado Guadamur.
Al tomar la primera curva, Guadamur tomó una clara ventaja sobre el grupo. Gumiel y Fiordo trataban de colocarse en buena posición y así, cuando la figura del líder se recortaba contra las estribaciones de La Loma, allá, en la lejanía de la recta trasera, con unos tres o cuatro largos delante de sus perseguidores, Gumiel dejó atrás a los demás y se colocó en el segundo sitio, mitad para proteger a su compañero y mitad para rebasarlo si se llegase a producir esa oportunidad.
Entretanto, el hijo de Talgo II y Melusina galopaba alegre en la delantera. Su ventaja se había acentuado aún más y cuando se precipitó en el último arco de la pista, el potro tomó mayor impulso para así alejarse definitivamente de sus oponentes.
Custodiado por Gumiel, Guadamur entró a la recta final. Con las puntas de sus orejas hacia arriba y la mirada fija en la pista, el potro, concentrado al máximo y bajo una suave, pero enérgica conducción por parte de Zepeda, la afición se encontraba en éxtasis de emoción y arreciaba las muestras de apoyo y aliento hacia el caballo mexicano, la ventaja que había obtenido y la supremacía que había mostrado enorgullecía la afilón hípica mexicana.
Al acercarse a la meta el jinete Alberto zepeda y Guadamur comprendieron que habían llegado al umbral de la gloria y su alargado galope para alcanzar la meta, fue realizado bajo un grito unánime, de alegría, de júbilo desmedido, de los aficionados mexicanos.
Gumiel, también representante de México, arribo en segundo lugar, y después cruzaron el alambre Farsalia (Colombia), Arrecife (Venezuela), Quimera (Panamá), Soneto II (Venezuela), Las Mareas (Puerto Rico), Tropel (Colombia), Melódico (Panamá), Fiordo (México), Príncipe Azul y Yamasa (República Dominicana).
México había ganado el IV Clásico Internacional del Caribe y era el segundo en la breve historia de esa justa internacional.
Otra ovación igual y quizá más grande que las anteriores, recibió a potro y jinete a su regreso. El entrenador José Razo Beltrán, artífice en el triunfo de Guadamur y de Gumiel, tomó al potro por las bridas y entró, satisfecho y emocionado, al cuadrilátero de ganadores.
Unos instantes más tarde, el caballista Raúl Cano Faro y su esposa, la señora Olga Azcárraga de Cano, disfrutaron como nunca esta victoria en compañía de funcionarios y familiares.
¡Guadamur y Gumiel habían destrozado a la oposición!.
Por su parte, Alberto Zepeda había consumado la primera de una doble hazaña.
Y México se enfilaba a ser uno de los principales protagonista en esta justa internacional.
Recordar es volver a vivir….


Envía tú anécdota, fotografía o video a mcampeon2002@yahoo.com.mx, con tú nombre o sobrenombre, y tú fotografía para publicar tú artículo.
Se parte de “Reconstruyendo la Historia del Hipódromo de las Americas”.

4 comentarios:

JALFREDOP dijo...

HOLA SOLO DESEO SABER SI EXISTE UN MONUMENTO O ALGO RELACIONADO CON GUADAMUR

juan manuel porras casales dijo...

en esa carrera a la que asisti guadamur pago 8 a 1

E VARGAS M dijo...

HASTA AHORA REVISO ESTOS RECUERDOS EN INTERNET. CONOCÍ A LOS CABALLOS DE LA CUADRA CARROUSEL COMO NIÑO (12 AÑOS) AFICIONADO QUE ACOMPAÑABA A MI PAPÁ, Y RECUERDO MUY BIEN LAS EMOCIONES QUE VIVÍ EN EL MAJESTUOSO HIPÓDROMO DE LAS AMÉRICAS ENTRE 1967 A 1973. GUADAMUR, GUMIEL Y GADIR FUERON MUY FAMOSOS EN ESOS AÑOS.

Anónimo dijo...

Ya no hay caballistas como Don Raul , le pese a quien le pese y menos non una empresa como CODERE administrando esto .-