Es el momento de que
las autoridades de la Ciudad de México, junto con la empresa concesionaria del
Hipódromo de las Américas, tengan un dialogo serio, responsable, abierto y
comprometido para que las carreras de caballos del Ovalo Sotelino, se puedan reanudar
bajo las medidas de seguridad y prevención que sean necesarios establecer, ya
sea con las gradas vacías como se realiza en diversos centros hípicos del Mundo
o con un máximo de tur fanáticos que podrían estar en las gradas del majestuoso
recinto hípico. Todo en dependencia a las condiciones que permita la emergencia
sanitaria.
Hay que mencionar que
la actividad hípica en un gran número de países se han activado bajo las
medidas sanitarias necesarias que permita su desarrollo optimo y eficiente.
Tales acciones han permitido que todos aquellos que se encuentran dependientes
a esta industria sin chimenea, pueda tener un respiro ante el embate que la
emergencia sanitaria que ha ocasionado la afectación de la economía familiar.
Hipódromos de Estados
Unidos, como Venezuela, Jamaica, Peru Uruguay y más países, han reanudado sus
actividades de manera correcta, sin espectadores en las gradas, otros después
de los avances que han tenido están tomando medidas para que los turfanaticos
puedan acudir a los centros hípicos bajo estrictas medidas de seguridad
sanitaria.
Lo fundamental es que
la actividad hípica reanude su marcha, que el personal que depende de esta
industria, se reactive de manera ordenada y programada y si es necesario, se
realicen las acciones conducentes para la realización de las pruebas de covid
19, con el fin de que exista condiciones adecuadas de seguridad sanitaria que incida
favorablemente en su desarrollo bajo la nueva normalidad.
Pero hay que tener
presente, que esta decisión no se deriva de la voluntad del Presidente de la
República, esta decisión depende exclusivamente, de que todos aquellos
involucrados cumplan con cabalidad su responsabilidad que les corresponde de
atender los protocolos de salud que determinen las autoridades, sean
entrenadores, jinetes, veterinarios, criadores, propietarios y caballerangos,
en fin, todo el personal deben contribuir para hacer posible que el deporte de
los reyes sea un espacio de entretenimiento y generación de empleos confiable.
Y no es cuestión de
que solo las autoridades responsables den el visto bueno para la reanudación de
las actividades hípicas en el Ovalo Sotelino; es necesaria la concientización
de cada uno de los involucrados para que de manera honesta y plena se
comprometan en respetar la nueva normalidad.
Esperamos que ese grito desesperado, que la familia
hípica ha dado a conocer, sea escuchado, atendido y considerado por las
autoridades y los responsables del Ovalo Sotelino, el trabajo conjunto y
comprometido entre todos, debe contribuir para que las carreras de caballos
cuarto de milla y pura sangre una vez más vuelvan a surcar por la pista del
Hipódromo de las Américas.
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