César Mora, la "Leyenda"
No hay plazo que no se cumpla, dice el refrán y para César Mora, el
momento de alcanzar una meta esta a la vuelta de la esquina.
César Mora, una leyenda viviente en la hípica mexicana, se encuentra a
unas cuantas victorias para “cruzar el alambre de meta” y sumar a su excelente
trayectoria como jinete una medalla más, la cual en la última década parecía
que era difícil de obtener, por muchos factores, por muchos impedimentos, pero
a pesar de ello, esa meta ya está cerca de obtenerse que es llegar a 2 mil
victorias en el Ovalo Sotelino, un logro que deberá escribirse con letras de
oro en la historia hípica mexicana.
El Recuento de un Gigante en el Ovalo
Sotelino
César Mora logro forjar su historia a través de dedicación, esfuerzo y
constancia. Sus inicios fue de grandes
pesares y de poca productividad, en esos momentos competía junto con grandes
exponentes de la hípica mexicana.
Tal como lo ha mencionado, César Mora, en diversas entrevistas, sus
inicios como muñeco de seda se da cuando realiza su actividad como aprendiz a
los 16 años de edad y dos años después debuta como
jinete profesional. El 22 de mayo de 1984 logra su primera victoria conduciendo
a “Torrio” un ejemplar que simplemente
gana la carrera de punta a punta y le permite a César Mora saborear las mieles
de la victoria, un néctar que está reservado para los triunfadores.
A partir de
ese momento, la trayectoria de César Mora empieza a ser considerada por la
afición hípica.
En aquellos
años, jinetes de primer nivel, eran protagonistas y comandaban en las
estadísticas, mientras que otros ya habían dejado su huella en esta profesión a
través de sacrificio y dedicación.
Quienes
lograron ver a jinetes de primer nivel como Francisco Mercado, José Alférez,
José Cruz Martínez, José de Jesús Barajas, Arturo Vallejo, Aureliano Noguez,
Moisés Julián, Gustavo Mario Márquez, Héctor Lemus, Concepción Barría, Camilo
Pitty, Sergio Fierros, Eduardo Casallas, Gabriel Escalona, S. B: Soto, Pedro
Mercado, Felipe Tome, Juvenal López Díaz, Miguel Bernal, Gonzalo Ochoa, Javier
Matías, Manuel Zavala, Ramiro Sánchez, Miguel Fuentes, Gabriel Retana, Alfredo
Juárez y Rubén Alejandro Lara, entre muchos más, saben a qué me refiero.
Indudablemente,
que Francisco Mercado fue un gran personaje para la afición hípica a mediados y
al final de la década de los setenta al obtener en cuatro ocasiones el titulo
de campeón de jinetes e imponer una marca de victorias obtenidas en una
temporada.
Y esa labor
realizada por Francisco Mercado, era difícil de igualar y menos superar. Sin
embargo, el destino tiene reservado muchas sorpresas y en 1989, Sergio Fierros
derrumba el record de mayores victorias obtenidos por un jinete en una
temporada, quitándole a Francisco Mercado esa distinción.
Y en 1995,
César Mora, brillaba con luz propia y superando muchas adversidades de carácter
personal, logra igualar a Francisco Mercado al ganar su cuarto galardón como
muñeco de seda.
César Mora,
tuvo la gran satisfacción de contar con amigos y colegas de profesión de primer
nivel, al igual que en su regreso a partir del 2013. Y a dos años de su retorno
a la pista del Ovalo Sotelino, está cerca de lograr alcanzar 2000 victorias,
logrando con ello, convertirse en una leyenda viviente.
Su trayectoria y su esplendor de César Mora como muñeco
de seda.
En su primera temporada, en 1984, César Mora logra 42 victorias, fue una
temporada que estuvo presente, conoció las mieles de la victoria y se coloca rápidamente
en los reflectores de la afición hípica.
En 1985, sus triunfos se reducen a 35, una temporada donde se esperaba
más de aquel novato, pero para ser sinceros, jinetes de gran relevancia daban
muestra de calidad en esa temporada, donde el terremoto de la Ciudad de México,
marco a los habitantes de la capital de la República.
En la tercera temporada de César Mora como jinete profesional, corría el
año de 1986 logra estar en el cuadrilátero de ganadores tan sólo en 30
ocasiones. Sus tres primeras temporadas mostraban que César Mora pasaba por un
momento difícil, 107 victorias en tres años, esos resultados dejaba mucho que
desear si en verdad buscaba ser protagonista.
Sin embargo, en 1987, César Mora logra mostrar que desea trascender de
manera importante en la hípica mexicana, logrando alcanzar 100 victorias. Su
promedio de efectividad mejoro de manera satisfactoria, pero aún así no dejaba
mostrar con plenitud su grandeza.
Llegaría el año de 1988, año en que César Mora, logra mostrar un poco de
sus facultades, con mayor experiencia y más dedicación, ese joven jinete logra quedar
como sublider de los muñecos de seda con 201 victorias, mientras que Gustavo
Vergara se llevaba la corona como jinete campeón. La afición hípica ya sabía
que ese chamaco rebelde y de sonrisa amplia, estaría próximo a ocupar el lugar
de honor en la pista del Ovalo Sotelino.
En la quinta temporada de César Mora como jinete profesional, nuevamente
logra pasar la cifra de las 200 victorias en la temporada y en esa temporada de
1989 Sergio Fierros, rompía el record de mayor número de victorias al conseguir
383 superando la de Francisco Mercado.
Y llegaría el momento esperado, César Mora brilla con luz propia en la
temporada de 1990, sus victorias y la conquista de competencias emblemáticas lo
colocaban en los reflectores. En ese año registro 249 victorias y fue todo un
personaje en la hípica mexicana. Estuvo cerca de consagrarse junto con Serapeum
un ejemplar de la cuadra Ximeña, el cual se llevo el Stakes Jockey Club
Mexicano y el Derby Mexicano, siendo vencido por Parallax en el Gran Premio
Nacional, conquistando el Clásico Criadores Mexicanos, y en esa temporada,
César Mora junto con Serapeum participan en el Clásico Internacional del Caribe
quedando en décimo lugar, una derrota que fue un duro golpe para la afición
hípica y quizá para César Mora.
Por cortesía de Youtube y clasicodelcaribe el Clásico Internacional del
Caribe 1990.
En la temporada 1991, César Mora obtiene por segundo
año consecutiva la corona de campeón de jinetes al registrar 226 victorias. Fue
una temporada de luz y sombra para César, quién saboreaba las mieles de la
victoria, pero también mordía el polvo al ser suspendido por seis meses al dar
positivo por sustancias prohibidas. A pesar de esa suspensión, logro obtener su
segundo galardón como jinete campeón.
En las temporadas 1992, César Mora, regresa a la
pista, pero por segunda ocasión, se le impone un nuevo castigo por un año de
inactividad. En esos momentos pasaba por una verdadera crisis que estaba
haciendo mella en su persona.
Fue un período difícil para César Mora, quién lo
marco invariablemente. Y en 1993, regresa por sus fueros al registrar 173
victorias, el jinete campeón enseñaba que estaba listo y que a pesar de todo decía
con plenitud “presente”.
En la temporada de 1994, nuevamente, el jinete
campeón lograba escribir una nueva página en su historia, conquistaba por
tercera ocasión la corona de jinetes al registrar 264 triunfos. El ave de las
tempestades estaba de regreso. En ese mismo año, César Mora logra obtener siete
victorias en una jornada normal, un hecho de importancia igualando la hazaña de
cuatro de sus colegas.
Y su cuarto galardón llega en 1995, César Mora,
iguala el record de campeonatos de jinetes a Francisco Mercado.
El ave de las tempestades levantaba su vuelo,
mostraba su calidad como jinete y la afición hípica le reconoció sus logros y
éxitos.
En 1996, fue el año donde la hípica mexicana
cierra sus puertas al escenario más importante de México, el Hipódromo de las
Américas. Y hasta 1999, ya con un nuevo concesionario reabre ese espacio hípico
para beneplácito de la afición hípica, quién recibió un duro golpe pero regreso
a la pista donde se forjan leyendas y se generan ídolos.
En 1999, César Mora conquista los dos clásicos
que se celebraron “Fin de Milenio” para registrar un total de 58 competencias
obtenidas en su trayectoria como jinete de carreras, un dato excepcional.
En el 2000, César Mora, se mantuvo en activo,
pero los momentos de gloria ya habían quedado atrás.
Y en el 2001, César Mora, pasa una vez más por
un trago amargo que lo aleja de manera irremediable de la pista de sus grandes
éxitos.
Fue un período en donde tuvo que demostrar su
grandeza, superar las adversidades y sentir la necesidad de regresar por sus
fueros.
Nombres de jinetes empezaban a sobresalir en la
Nueva Administración del Ovalo Sotelino, Rubén Escalona se hacía presente con
Dominciano al ganar la triple corona. Silvio Amador Ruiz se colocaba en el gusto
de la afición. Moisés González García brillaba con luz propia y en esta
temporada logra ser un jinete excepcional tras conquistar por segundo año el
Handicap de las Américas y un año antes obtener el Clásico Internacional del
Caribe. Enrique González luciendo de maravilla en cada temporada, Isaías
Cárdenas mostrando su voluntad y esfuerzo, J.J. Hernández maravillando en su
primera temporada y nuevos valores que se incrustan en el gusto de la afición
hípica. Claro sin olvidar a las Jocketas, que pretenden robar los reflectores con
su entusiasmo y esfuerzo.
Y entre todos esos factores, surge, nuevamente,
la figura del ave de las tempestades, César Mora, y después de casi trece años
de ausencia, regresa a competir en el Ovalo Sotelino. Y a partir de ese momento
va en busca de una meta lograr las 2000 victorias de por vida.
Recibe la distinción por parte de Récord
Guinness con sede en Inglaterra “The longest period between win races by a
Jockey” al español sería “El periodo más largo entre carreras
ganadas por un Jockey”.
Y en este 2015, se encuentra en plena recta
final, para cruzar la meta y conquistar un galardón más “2000 victorias en el
Ovalo Sotelino”.
Esperamos ese momento y de antemano enviamos una
felicitación a César Mora, quién ha mostrado con hechos, que los sueños se
pueden alcanzar.
No cantemos victoria antes de tiempo, pero si hay
que prepararnos para un hecho trascendental que un jinete mexicano está próximo
a lograr.
Fotos obtenidas de las páginas oficiales de Facebook de César Mora e Hipódromo de las Américas.
1 comentario:
Tanto tardas en escribir y hablas de este tipo drogadicto que le tienen lastima en sucias esta página pero si quieres que nadie vea tu página síguele hablando de estas porquerias
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