El Viernes de cuatro montas se llevo tres carreras conduciendo a Tadea, Tapizada y Happy Pumpkin; mientras que en la función del sábado, de cuatro actuaciones visito en tres ocasiones consecutivas el círculo de ganadores llevando en los controles de Kylian, El Triste y Saint Honore.
Es así como, derivado de su actuación se lleva las palmas de la afición hípica por su constancia y contundencia.
Asimismo, las palmas son para Miguel Angel Rodríguez, quién a bordo de La Peralta del Rancho Cuquio, obtiene el Clásico Batucada, dejando en tercer sitio a la favorita prohibitiva Giovannina.
Otro jinete que merece las palmas es F. Guerrero, el cual cumplió con cabalidad en el Hándicap Presidencial, obtenido por “Portate Serio”, representante de la cuadra San Antonio. En cuanto al número de victorias obtuvo cinco, dos el viernes y tres el sábado. Estuvo encendido.
Y cierra G. de Jesús, quién el viernes logro tres victorias de manera consecutiva en la función.
Mientras que las rechiflas de la semana, fue para José Ortega, el jinete panameño, que llevaba en las riendas a la consentida de la afición hípica en el Clásico Batucada y simplemente, decepciono. Y vaya que la afición no perdona y pues no perdono.
Cabe mencionar, que en la función del sábado José Ortega logro dos triunfos, pero sucumbió en la prueba de mayor importancia e interés de la afición y el descontento surgió desde las tribunas.
La Llegada de Alarido
En lo que respecta a las competencias de cuarto de milla, el domingo fue un día de adrenalina, propietarios, jinetes y entrenadores, en un suspiro ven a sus corceles salir del arrancadero y cruzar el alambre de meta. La llegada de Alarido se registró en la sexta del programa, Espejo Valiente Haul, representante de la cuadra Los Sementales con A. Santillan en el sillín obtuvo la victoria en apretado final.
Las carreras Cuarto de Milla, siguen generando expectación en la afición y por ello la repuesta de asistencia en las tribunas. Las gustadas carreras de 300 yardas o más levantan de sus asientos a los asistentes, mientras que las de 110 y 250 yardas, no son de todo despreciables.
Así el pulso de la afición hípica que poco a poco empieza a regresar al Ovalo Sotelino, cumpliendo con cabalidad los protocolos de seguridad en materia de salud y sana distancia.
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