Noticias
Internacional. Rumbo a la serie Hípica del Caribe 2014. El Clásico Internacional del
Caribe, llega a su edición 47 y por novena ocasión se desarrollará en tierras
venezolanas.
Los representantes de Venezuela buscarán
obtener su cuarta victoria como país anfitrión y su décimo tercer triunfo en
esta justa internacional, pretenden empatar a Panamá en la estadística de mayor
número de victorias en el Clásico Internacional del Caribe.
Venezuela, tiene en este momento la ventaja, ya
que se compite en tierras venezolanas, tendrá el apoyo de su afición hípica y
en la barrera contará con cuatro ejemplares deseosos de lograr la hazaña de
hacer el uno, dos, tres y cuatro para igualar la marca de México de 1976,
cuando Voy Por Uno junto con Barrullero, Crudillo y Garlopo, aplastaron a la
competencia.
Otro factor que tendrá a favor Venezuela es que
la delegación mexicana se quedo en México, tanto propietarios como entrenadores
simplemente no tuvieron el deseo y anhelo de ganar el Clásico del Caribe y a
pesar de haber regresado por la senda del triunfo el año pasado a través de
Diamante Negro, los ejemplares mexicanos verán la carrera en sus caballerizas.
Y por que este factor favorece a Venezuela, por que simplemente México a fines
de los años 60`s y hasta fines de los 70`s sus ejemplares dominaron con
contundencia el Clásico Internacional del Caribe.
Y una de las plazas en donde se tuvo mayor
éxito, fue precisamente en Venezuela, donde en cuatro ocasiones, los ejemplares
mexicanos dejaron mordiendo el polvo a los guerreros excepcionales de la hípica
venezolana y del Caribe.
En la actual administración del Hipódromo de
las Américas que acaba de cumplir 15 años de gestión, sólo en una ocasión,
México logro que el lábaro patrio ondeara con plenitud y fue en Panamá con
Diamante Negro.
Quince años, donde la crianza en México, no ha
logrado recuperarse y ser excepcional.
Quince años, en que a pesar de los adelantos
que se disponen, en México todavía los caballos nacionales no cuentan con un
microship para su identificación.
Quince años que no logra brillar con luz propia
un ídolo que arrastre multitudes y permita que las gradas del Ovalo Sotelino se
estremezcan con el entusiasmo y la pasión de la afición hípica mexicana.
Quince años, donde los actuales entrenadores no
logran trascender de manera plena no sólo logrando grandes campañas en el Ovalo
Sotelino, sino además, fuera de nuestras fronteras.
Quizá podemos señalar la labor de Fausto
Gutiérrez que ha logrado trascender en la Copa Velocidad en la Serie Hípica del
Caribe con Franz y Epifanio, ganadores de dicha prueba en el 2012 y 2013, portando
las sedas de la cuadra San Jorge, son pequeñas pinceladas de lo que son capaces
los ejemplares mexicanos de hacer, y que decir de Canoa ganador de la Gala
Hípica de Venezuela en el 2006, el cual dio una gran satisfacción a la hípica
mexicana.
En cuanto a Ulises Trejo Silva, recientemente
probo las mieles del triunfo con Diamante Negro, rompiendo la racha negativa de
los guerreros “aztecas” en el Clásico Internacional del Caribe. El
representante de la cuadra Mapa brillo con luz propia permitiendo que la
esperanza de que los equinos mexicanos estaban de regreso. Pero, en esta
temporada su ausencia en la máxima prueba de la hípica del Caribe, demuestra la
poca voluntad de entrenadores y propietarios por competir a favor de México.
La cuadra Jocaba con su ejemplar That`s Life
entrenado por Efren Loza y Walking Proud propiedad de la cuadra Santa Rita
entrenado por Efren Loza, son dos ejemplares que lograron hacer que México
estuviera en el círculo de ganadores en la Serie Hípica del Caribe en la Copa
Dama del Caribe en 2007 y Walking Proud en 2006 ganando la Copa Velocidad.
Y ya que estamos abordando el tema de las nueve
ediciones en que Venezuela ha sido anfitrión del Clásico Internacional del
Caribe, recordamos lo hecho por los ejemplares mexicanos en las primeras cuatro
ediciones que Venezuela organizo el Clásico del Caribe, donde México de manera
consecutiva se llevo la victoria, logrando la distinción de ser el “Gigante del
Caribe”.
México debuta con El
Comanche ganando el Clásico del Caribe
En 1967, en aquellos momentos, propietarios,
entrenadores y criadores deseaban con plenitud lograr obtener la carrera más
importante de la Región del Caribe y fueron la cuadras San Luis, Georgina,
Jorge Sarur Aburto y Just Horsus, los que engrandecieron la hípica mexicana en
tierras venezolanas logrando la victoria con El Comanche (1969), Nacozareño
(1971), Teziutlan (1975) y Pikotazo
(1980). Estos cuatro ejemplares escribieron con letras de oro su historia y se
convirtieron en ejemplares leyenda en la hípica mexicana.
La primera ocasión que Venezuela organizo el
Clásico Internacional del Caribe fue en 1967,
fue la segunda edición del Clásico y fue un magno evento hípico de la
Región del Caribe. Seis eran los países que disputaban la máxima prueba de la
Región del Caribe, México decía presente y hacia su debut en dicha justa
internacional a través de dos ejemplares de primera línea uno de ellos era El
Comanche, el cual mostraba muy buenas cartas de presentación.
El Comanche propiedad de la cuadra San Luis,
entrenado por Claudio Hernández y con la monta de Rubén Contreras, salía a la
pista con el deseo de realizar una excelente actuación.
El otro representante de México era Ferrol,
también representante de la cuadra San Luis, llevando en los estribos a Carlos
Barrera. Esta fue la primera aventura de los caballistas que deseaban que los
colores de México trascendieran a nivel internacional.
Por parte de la delegación Venezolana,
anfitriona del evento, participaba Poligreat, Toronado y Discomo. Estos tres
“ases” de la hípica venezolana salían con la etiqueta de favoritos en la justa
internacional, no sólo porque competían en su propio terreno, sino por que el
año anterior, Venezuela se había vestido de gloria en la primera edición del
Clásico del Caribe, llevada a cabo en Puerto Rico, con la victoria de
Victoreado.
Las otras delegaciones hípicas que participaban
eran: Puerto Rico con Demi Tasse y El Águila; Panamá competía con Iván;
República Dominicana decía presente con Autónomo y Joscar y finalmente,
Colombia, presentaba a dos de sus guerreros, San Diego y Ludovico.
Todos ellos se encontraban ilusionados con
realizar una excelente labor. La segunda edición del Clásico Internacional del
Caribe, representaba una prueba que todos deseaban ganar.
Había en el ambiente hípico de Venezuela, la
confianza de que la segunda edición sería a favor de los locales, en razón de
que estaría en la barrera tres ejemplares de primer nivel.
Y la expectación creció enormemente, cuando los
ejemplares empezaron a tomar sus lugares en el arrancadero.
Los momios estaban a favor de los
representantes venezolanos.
Y al momento de abrirse las puertas del
arrancadero, el público asistente a la segunda edición del Clásico
Internacional del Caribe, seguía con atención y entusiasmo, la contienda.
Se daba una salida limpia, para todos los
ejemplares, y pegado a los palos, los ejemplares venezolanos empezaban asumir
el mando de los controles.
Toronado y Discomo, salían a disputar el
liderato, cerca se colocaba Poligreat y El Águila se movía por la parte externa
de la pista. Mientras que los ejemplares mexicanos, Ferrol y El Comanche se
quedaban en las posiciones secundarias.
Al pasar por la recta de enfrente, Discomo y
Toronado seguían peleando la punta, Poligreat continuaban muy cerca en la
tercera posición y El Águila e Ivan se mantenían cerca del grupo puntero.
Al doblar la curva final, Poligreat lanza su
reto por la parte externa de la pista, sobre Toronado, mientras que Discomo
empieza a retrasar y poco a poco se acerca Ivan, representante de Panamá.
Al entrar a la recta final, Poligreat disputa
palmo a palmo la victoria con Toronado, llevando una clara ventaja sobre sus
más cercanos perseguidores. La afición hípica reunida en el Hipódromo La
Rinconada, ya festejaba el triunfo de Venezuela en la justa internacional.
Y a falta de los últimos 200 metros, del sexto
sitio, un ejemplar con los colores de la cuadra San Luis y representante de
México se mueve como torbellino, acortando distancia de manera vertiginosa, es
El Comanche, que va en busca de los dos ejemplares venezolanos que continúan su
batalla por la victoria.
Ya en los metros finales, Poligreat domina a
Toronado, pero El Comanche se aparece por el lado exterior de la pista.
El grito ensordecedor de la gente era evidente
a favor de Poligreat, que hacía gran esfuerzo por mantener su ventaja en pleno
alambre de meta, pero El Comanche montado por Rubén Contreras, lograba meter la
cabeza para llevarse la victoria dejando tenido a Poligreat y a las 40 mil
almas que abarrotaron el Hipódromo La Rinconada.
El ganador por el esfuerzo final, sufrió una
fractura del hueso sesamoideo de la mano derecha. Al dirigirse al cuadrilátero
de ganadores, El Comanche recibió el aplauso del respetable, reconociendo con
ello, la victoria del ejemplar “azteca”, que se vestía de Héroe y probaba las
mieles de la victoria para convertirse en leyenda. Este fue el Debut de México
en el Clásico Internacional del Caribe, conquistando el triunfo a sangre y
fuego.
En tercer sitio arribo, Toronado seguido de
Iván, Discomo, Demi Tasse, Ferrol, San Diego, El Águila, Ludovico, Autónomo y
Joscar.
El tiempo del ganador en los 1800 metros fue de
1:56.0.
Nacozareño deja a los
ejemplares venezolanos tendidos en la pista de La Rinconada.
En 1971, Venezuela por segunda ocasión recibía
la gran responsabilidad de organizar el Clásico Internacional del Caribe y ser
el anfitrión de la carrera más importante de la Región del Caribe.
El 12 de Diciembre de 1971, se celebraba la
sexta edición del Clásico Internacional del Caribe y el Hipódromo La Rinconada, escribía otra página
brillante en la celebración de esta justa internacional.
Uno de los países que se habían distinguido por
sus victorias en el evento más importante de la Región hípica del Caribe era
México, el cual viajaba a Venezuela con la moral muy en alto, ya que los
ejemplares de la crianza mexicana brillaban intensamente en el área del Caribe,
de cuatro participaciones, en tres ocasiones habían obtenido la victoria y en
la restante su representante logro el segundo lugar en una carrera en donde
prevaleció la polémica.
México, competía por quinta ocasión en el
Clásico Internacional del Caribe, era representado por tres joyas de la hípica
mexicana: Nacozareño, M-Uno y Crown Jewel.
En ese año, uno de los principales astros de la
hípica mexicana era Almudin ejemplar que había escrito una breve historia con
letras de oro. Almudin ganador de diversos clásicos como dosañero, entre ellos
el Futurity Mexicano, había mostrado su calidad y gran nivel como corredor.
Como tresañero, obtuvo el Stakes Jockey Club Mexicano y el Gran Premio Nacional
y en la tercera prueba de la triple corona era vencido por Libras Boy,
perdiendo con ello la triplecorona.
Almudin, después de su dolorosa derrota en el
Derby Mexicano y haber perdido la oportunidad de convertirse en triplecoronado
es nominado para participar en el Hándicap de las Américas; sin embargo, unos
días antes del clásico de clásico, en su entrenamiento, cae fulminado,
perdiendo la vida este noble ejemplar, el cual
había demostrado en su breve historial contundencia, calidad y arrojo.
Ante la gran perdida de la crianza mexicana,
era necesario seleccionar a los mejores ejemplares para participar por segunda
ocasión en el Hipódromo La Rinconada y conseguir la victoria.
Uno de los ejemplares que fue seleccionado fue
Nacozareño, este ejemplar como tresañero obtuvo el tercer lugar en el Gran
Premio Nacional y el Derby Mexicano, era representante de la cuadra Georgina y
había mostrado las condiciones necesarias para competir en tierras venezolanas.
Nacozareño asume el compromiso de viajar a Venezuela y defender los colores de
México en dicha justa internacional, su jinete sería el venezolano Guillermo
Gavidia, se pensó que para que la cuña apriete debe ser del mismo palo, y
Guillermo era la opción más viable.
Otro de los ejemplares que acompañaban a
Nacozareño a su aventura, fue M-Uno de Emilio Náder llevando en el sillín al
jinete panameño Concepción Barría, que por segunda ocasión asistía al Clásico
Internacional del Caribe.
M-Uno era un ejemplar querido por la afición
hípica, le gustaba salir a la punta y en varias ocasiones se dio a la fuga
logrando espectaculares victorias, lo
que le valió el cariño de la afición mexicana.
Y el tercer competidor por parte de la
delegación mexicana fue Crown Jewel, el cual defendía las sedas de Carlos
Porraz y llevaba en sus lomos a un jinete de primer nivel, Aureliano Noguez.
México se presentaba con tres ejemplares
“aztecas” y todos ellos asumían la responsabilidad de viajar a Venezuela en
busca del cuarto Clásico Internacional del Caribe para México y su tercer
clásico en forma consecutiva, había la ilusión de escribir una página histórica
a nivel regional.
Venezuela, el país sede del evento, realizaba
por segunda ocasión la justa internacional y colocaba en la barrera a cuatro de
sus mejores exponentes: Lavandera, Petronio, Omar y Buen Amigo.
Por parte de Panamá asistían Jovencito, Magaly
y Sicódelico.
Y Puerto Rico se presentaba con Querendón y Pin
Pin.
El Hipódromo La Rinconada se vestía por segunda
ocasión de gala y presentaba un espectáculo de primer nivel para el Clásico
Internacional del Caribe. Cuatro delegaciones decían presente en la justa
internacional.
Venezuela por segunda ocasión mostraba un lleno
total en las gradas de La Rinconada.
La afición hípica de Venezuela esperaba con
gran interés la competencia y deseaba con plenitud que los ejemplares
venezolanos lograran obtener la victoria en su propio patio. El rival a vencer
eran los caballos “orgullosos” de México.
Al inicio de la competencia sale al frente del
grupo M-Uno seguido de Querendón y Lavandera, más atrás se colocaban Omar, Buen
Amigo, Pin Pin, Cromn Jewel , Petronio y al fondo se colocaba Nacozareño.
Al pasar por la recta de enfrente, sigue la
lucha entre Querendon, M-Uno y Lavandera y cerca se coloca Omar, Petronio
empieza a colocarse cerca del grupo puntero.
Al entrar a la curva final, Lavandera asume el
mando de los controles, en segundo se coloca Omar, seguido de Petronio y por la
parte externa de la pista, empieza a moverse de manera brillante Nacozareño,
que rápidamente va en busca del liderato.
Al entrar a la recta final, Nacozareño con la
monta de Guillermo Gavidia, asume el mando d elos controles, mientras que Lavandera hace intentos por mantenerse en la
batalla y Petronio lanza su reto final.
Ya en los metros finales, Nacozareño domina a
sus oponentes para arribar por más de cuatro largos de ventaja sobre su más
cercano rival , en segundo se mueve vertiginosamente Sicódelico para dejar en
tercer sitio a Lavandera seguido de Omar, Crown Jewel, M-Uno, Buen Amigo,
Jovencito, Magaly, Querendon y Pin Pin.
El tiempo del ganador fue de 1:54.2 para los
1800 metros.
Nacozareño, escribía su propia historia,
lograba la tercera victoria consecutiva de México en la justa internacional,
era la cuarta victoria de la delegación mexicana en cinco participaciones y a
partir de ese momento, México fue considerado como el “Gigante
del Caribe”.
El “Bólido” de la cuadra Georgina había escrito
de manera brillante otra página a favor de México en la prueba más importante
de la hípica en la Región del Caribe.
Teziutlan propina a
Venezuela su tercera derrota como país anfitrión
En 1975, se lleva a cabo la octava edición del Clásico del
Caribe, Venezuela por tercera ocasión era sede del evento y el Hipódromo La Rinconada
se vestía de gala para recibir a las delegaciones participantes.
Venezuela, hasta esos momentos, no conocía las
mieles de la victoria en su propio terreno. Los representantes mexicanos, se
habían encargado de derrumbar los sueños venezolanos al ganar el Clásico del
Caribe en su propia casa.
Existía el temor de que nuevamente, los
ejemplares mexicanos impedirían que los ejemplares venezolanos lograran probar
las mieles de la victoria en su propio terreno. El “Gigante del Caribe”, simplemente era un “Gigante”.
Sin embargo, en esta edición, México, el “Gigante del Caribe”, ya había probado
en dos ocasiones consecutivas el sabor de la derrota, en 1973 Panamá logra
imponerse con Montecarlo y en 1974 sucumbe ante el ejemplar panameño Barremina
y existía la confianza de la afición hípica venezolana de que los ejemplares
“aztecas” morderían el polvo por tercera ocasión en tierras venezolanas.
México, enviaba a Venezuela a dos ejemplares,
con la plena intensión de regresar por la senda del triunfo y los elegidos
fueron Teziutlan y More Victory.
Teziutlan arribaba a Venezuela con un historial
regular, su mejor actuación fue haber logrado la tercera posición en el Gran
Premio Nacional y en cuanto a More Victory, su mejor carrera fue un tercer
sitio en el Futurity Mexicano.
Una de las máximas estrellas de la hípica
mexicana en 1975 era Estrella de Oro, quién había ocupado el tercer lugar en el
Stakes Jockey Club Mexicano, mientras que en el Gran Premio Nacional y Derby
Mexicano se había llevado la victoria.
México, tenía amplias posibilidades de regresar
por la senda del triunfo, ya que en años anteriores, sus representantes
compitieron de manera brillante en la pista de La Rinconada, había gran
confianza de que en Venezuela, las aguas regresarían a su cause y se retomaría
el camino de la victoria y que los ejemplares “aztecas” resurgirían,
nuevamente.
Venezuela, participaba con Guasipati,
Victorioso, Trampa y Papi.
Panamá decía presente con Orion y Mulligan.
Puerto Rico competía con Papelillo y El Principe, y
Jamaica se presentaba con Tudor Wit y
Kryterion.
La afición hípica venezolana tenía sus
esperanzas depositadas en Guasipati.
La distancia a recorrer se ampliaba de 1800 a
1900 metros.
Era un marco propicio para que los ejemplares
venezolanos se vistieran de héroes, las gradas del Hipódromo La Rinconada se
encontraban llenas, existía un gran entusiasmo y había confianza de que
Venezuela lograría por fin la victoria en su propio terreno.
Pero en plena recta final, se aparece por la
parte externa de la pista, el caballo mexicano Teziutlan, quién asume el mando
de los controles y con banderas desplegadas amplia su ventaja sobre su más
cercano perseguidor, Victorioso representante de Venezuela, para arribar a la
Meta con ventaja de más de once cuerpos de diferencia, logrando una victoria
sublime en la pista de La Rinconada.
México, conquistaba por tercera ocasión
consecutiva la victoria del Clásico Internacional del Caribe en suelo
Venezolano, se convertía en el verdugo de los ejemplares venezolanos y colocaba
con orgullo una vez más la bandera mexicana en lo más alto del Hipódromo La
Rinconada.
Teziutlan criado por Granja La Exquisita,
propiedad de Jorge Sarur Aburto y con la monta de Alberto Zepeda, se llevaba la
victoria de manera clara y contundente.
En segundo lugar arriba, Victorioso seguido de
Trampa, El Principe, Guasipati, Papi, Mulligan, Tudor Wit, Orion, Kryterion,
Papelillo y cerrando el grupo More Victory.
Pikotazo, responde como Triple Coronado y
Venezuela llora su cuarta derrota consecutiva como anfitrión del Clásico del
Caribe.
La Décimo tercera edición del Clásico
Internacional del Caribe se realiza en 1980, en el Hipódromo La Rinconada y
surge la figura de uno de los más grandes de la hípica mexicana, su nombre,
Pikotazo.
Pikotazo, el retinto propiedad de la Cuadra
Just Horgus, criado por Gustavo Zepeda Carranza, hijo de Get Around y nieto del
inmortal Citation, nacido en Sonora, México, hizo historia al conquistar la
triple corona mexicana, el Clásico Criadores Mexicanos y salir del país para
competir en la Unión Americana en una de las prestigiosas carreras de la Triple
Corona de Potros de los Estados Unidos el Belmont Stakes.
Pikotazo, fue de esos ejemplares que vio la
primera luz en el mes de junio, por tal motivo al cumplir sus dos años de edad,
sus compañeros de generación ya le llevaban seis meses de ventaja, tanto de
edad como experiencia en la pista, haciendo su debut el 25 de diciembre de 1979
conquistando su primera victoria.
En su campaña como tresañero, en el año de
1980, corrió en ocho ocasiones en el Hipódromo de las Américas, ganando todas y
entre sus triunfos se contaron el Stakes Jockey Club Mexicano, el Gran Premio
Nacional y el Derby Mexicano, siempre montado por José Cruz Martínez, para
convertirse así en el segundo potro criado en México en ganar la Triple Corona
Mexicana, el primero fue Gran Zar.
Pikotazo obtuvo un triunfo más en el Clásico
Criadores Mexicanos. No había en el escenario hípico del Ovalo Sotelino un
ejemplar que le hiciera sombra. Era un fuera de serie.
Tras su formidable campaña en el Hipódromo de
las Americas, Pikotazo fue enviado a probar suerte a la ciudad de los
rascacielos, Nueva York, en la tercera y más difícil gema de la triple corona
de Estados Unidos, el Belmont Stakes sobre milla y media.
En esa carrera, Pikotazo que fue ensillado por
Claudino Hernández y montado por el panameño Rubén Hernández, compitió en
contra de la potranca Genuine Risk, ganadora del Kentucky Derby,
lamentablemente, Pikotazo tuvo una mala salida, lo que obligó al jinete a
iniciarlo demasiado pronto, se puso en punta a pesar de los esfuerzos de su
jinete, por relajarlo, y finalmente, se rezagó por lo que sería la primera
derrota en su brillante carrera.
Para su segunda salida en Nueva York, le
llevaron de México a su jinete de planta, José Cruz Martínez, y tuvo una
impresionante actuación. Se midió con Superbity, considerado uno de los mejores
tresañeros de Estados Unidos, y arribo en segundo lugar, con cierre violento y
cruzando la meta a menos de un largo del ganador.
En su tercera salida en pista de Estados
Unidos, José Cruz Martínez no pudo conducir al potro mexicano debido a que se
había lastimado y se solicito la presencia del jinete chileno Santiago Benito
Soto, quién montaba en el Ovalo Sotelino, y el potro de Gustavo Zepeda Carranza
ganó con facilidad.
Pikotazo fue dejado en manos de Alberto
Barrera, hijo del inmortal Lázaro Barrera, entrenador cubano que se hizo en
México y escaló alturas insospechadas en el país del dólar.
Alberto Barrera lo preparó para el Stakes
Palisades en Meadowlands y se lo dio a montar al panameño Laffit Pincay Jr.,
quien lo llevó a cruzar la meta en primer lugar, después de hacer todo el
recorrido en punta, pero por una decisión un tanto rigorista de los árbitros de
la planta de Nueva Jersey, fue descalificado y colocado en segundo lugar.
Ante el record sobresaliente de Pikotazo, tanto
del Ovalo Sotelino como en la Unión Americana, fue considerado, para
representar a México en el XIII Clásico Internacional del Caribe, y de Nueva
York voló a Caracas, Venezuela.
México buscaba a través de Pikotazo su octava
victoria en el Clásico Internacional del Caribe y para ello enviaban al mejor
exponente para dicha justa internacional. Era la época en que los Señores caballistas sentían con plenitud el orgullo
de participar en una competencia internacional y poner en los más alto el
nombre de México. Aquí lo importante no era lo económico, sino la importancia
del evento que representaba el Clásico Internacional del Caribe en la región.
La máxima estrella de México decía presente y honraba con su presencia al
Hipódromo La Rinconada y ala afición hípica de Venezuela.
En aquellos tiempos, la bolsa a repartir en el
Clásico del Caribe, no era ningún impedimento para que el mejor ejemplar de la
hípica mexicana no estuviera presente. Al contrario, era un gran honor tanto
para el propietario como entrenador el poder representar los colores del país
en dicha justa internacional.
Mientras tanto, Venezuela la anfitriona de la
competencia internacional, necesitaba a toda costa romper la supremacía de los
ejemplares aztecas en tierras venezolanas. México en tierras venezolanas había
obtenido la victoria a través de El Comanche, Nacozareño y Teziutlan, el
objetivo era impedir que la super estrella de la hípica mexicana lograra la
victoria.
Venezuela tenía ante sí, una prueba difícil,
los candidatos para disputar la victoria y romper esa jefatura de los
representantes mexicanos en tierras venezolanas, serían Sweet Candy e In.
Sweet Candy registraba el siguiente record a la
edad de 3 años: Primer lugar en los Clásico Simón Bolívar
(G1), República de Venezuela (G1), Cría Nacional (G1), Jockey Club de Venezuela
(G2), Gobernador del Distrito Federal (G2), Fuerzas Armadas de Cooperación
(G3), Polla de Acrica y Copa Charles Rohl;, Segundo sitio en los Clásico Copa
de Oro de Venezuela (G1) y Clásico Cavepro (G2); y tercera posición en el
Clásico Ministerio de Agricultura y Cría (G1).
Sweet Candy en ese año había destrozado el sueño
de Gelinotte de conquistar la triple corona de potros al vencerla por un largo
de diferencia en el Clásico República de Venezuela. Gelinotte ya había conquistado
la triple femenil y dos pruebas de la triple de potros, estaba a un paso de ser
la triplecoronada de potrancas y potros; sin embargo, sucumbió ante Sweet Candy
en una carrera en donde la afición hípica venezolana no le perdono a Sweet
Candy quién fue recibida con rechiflas al cuadrilátero de ganadores.
En el Clásico Simón Bolívar, Sweet Candy obtiene
la victoria y con ello amarra su boleto para estar
presente en el Clásico Internacional del Caribe, que habría de llevarse a cabo
en el Hipódromo La Rinconada. Era la oportunidad que tenía Sweet Candy de
borrar de la mente de la afición hípica venezolana el mal momento que los hizo
pasar al vencer a Gelinotte en la tercera prueba de la triple corona de potros.
Y que mejor oportunidad de Sweet Candy de limar asperezas obteniendo la
victoria en casa y venciendo, al “Caballero Azteca”, Pikotazo.
Por lo que respecta al ejemplar “In” a la edad de
tres años había logrado el primer sitio en la Selección de Fedeharas y Copa
Antonio Cuadrado, arribando en tercer lugar en el Clásico República de
Venezuela (G1).
En el Clásico Simón Bolivar ocupa el segundo lugar
y con ello amarra su participación en la fiesta hípica del Caribe.
Es así que llegaba el día esperado del Clásico
Internacional del Caribe de 1980, México, salía con la representación de
Pikotazo y Laserre; Venezuela, el país sede del evento contaba con Sweet Candy
e In; por parte de Panamá, sus principales exponentes eran Neblina y El Brigadier,
mientras que Puerto Rico colocaba en esta prueba a Olimpico y Mr. Domino;
Trinidad & Tobago presentaba a Beheaded y Royal Boatside; y finalmente,
República Dominicana tenía depositada sus esperanzas con Mazel Tov.
Existía la esperanza de la afición hípica de que
sus ejemplares lograrían vencer al “orgullo de México” y cobrarse las tres derrotas consecutivas que
ejemplares mexicanos habían propinado a los ejemplares venezolanos en tierras
venezolanas.
Al abrirse las puertas del arrancadero, Olimpico
y Lasarre se enfrascan en un duelo por el liderato, cerca se encontraban
Pikotazo y Sweet Candy.
Al acercarse a la curva final, Pikotazo inicia
su movimiento por la parte externa, mientras que Sweet Candy se movía con la
intención de no dejar que Pikotazo se
fuera antes de tiempo.
Al entrar a la recta final, Pikotazo ya
comandaba las acciones, mientras Sweet Candy hacia presión por el lado
exterior, ante la algarabía de la afición hípica venezolana. Sin embargo, la
calidad del ejemplar mexicano lo hacia correr con banderas desplegadas y
empezaba a poner tierra de por medio.
De las posiciones secundarias realizaba su
cierre final Neblina de Panamá y a escasos metros del alambre de meta rebasa a
Sweet Candy para desilusión de los turfanaticos venezolanos y reduce la
distancia con relación a Pikotazo, pero el alambre de meta ya estaba en sus
narices.
Pikotazo lograba cruzar la meta en primer
sitio, en segundo lugar llegaba la potranca panameña "Neblina" a
cuerpo y medio del ganador y en tercero cruza la meta el gran favorito
sentimental local, "Sweet Candy".
Después arribaron "Olimpico", de
Puerto Rico; "In", de Venezuela; "El Brigadier", de Panamá;
"Laserre", de México; "Mazel Tov", de República Dominicana;
"Beheaded", de Trinidad-Tobago; "Mr. Domino", de Puerto
Rico y "Royal Boatside", de Trinidad-Tobago, completaron el grupo de
representantes de seis países miembros de la Confederación Hípica del Caribe
Estuvieron ausentes Colombia y Jamaica.
Y se había consumado la faena por parte de la
delegación mexicana, era la cuarta victoria de manera consecutiva de México en
tierras Venezolanas. Un hecho que quedo marcado en la memoria de la afición
hípica del Caribe.
Tigrillo es eclipsado en Venezuela y la victoria fue para Patilargo de
Panamá.
En 1985, el año del terremoto en México, la
delegación mexicana fue representado por un solo ejemplar y este fue Tigrillo.
La edición XVI del Clásico Internacional del
Caribe, se presentaba por quinta ocasión en el Hipódromo La Rinconada, una sede
que se consideraba como la propia casa de los ejemplares mexicanos, ya que en
las cuatro ediciones anteriores, los representantes mexicanos lograron la
victoria.
Las esperanzas de que la mala racha que había
caído México, en el Clásico del Caribe, pudiera terminar en Venezuela eran
amplias y a pesar de los graves problemas por las que atravesaba México, por el
terremoto de 1985, asistió al evento internacional.
Tigrillo propiedad de Héctor de la Vega, era el
candidato natural. Como corredor de dos años conquisto el Clásico Roberto A.
Ruiz y el Futurity Mexicano, ya como tresañero sólo pudo ganar el Clásico
Criadores Mexicanos, quedando en segundo sitio en el Stakes Jockery Club
Mexicano y arribando en segundo sitio en el Hándicap General Manuel Avila
Camacho.
Ejemplares como Polaris y Gran Tonino no
participaban en la justa internacional, los cuales tuvieron formidable
actuación en la triple corona de potros.
Ocho países de la Región del Caribe enviaban a
sus corredores a competir en Venezuela, país anfitrión del evento.
Venezuela competía con Mantlee, Rymer Reff,
Sindavat y Sir Roled.
Panamá se presentaba con Pensylvania y
Patilargo.
Puerto Rico acudía a dicha justa internacional
con Tarso y Love Pleasure.
Colombia competía con Alameda y Murano.
Jamaica decía presente a través de DSA Legend.
República Dominicana colocaba en la pista a Dr.
Calderón.
Y Ecuador participaba con British Pride.
El XVIII Clásico
Internacional del Caribe, Patilargo, propiedad de la Sra. Militza de Romero y
Félix Rodríguez, representando a Panamá, le dio a su país su cuarto triunfo en
este evento clásico, al cruzar la meta en 1:58.0 con siete cuerpos de ventaja
sobre su más cercano perseguidor Mantle representante de Venezuela.
En tercer lugar arribo,
Alameda de Colombia seguido de Rymer Reff, Sir Roled, Tigrillo, Sindavat,
Murano, DSA Legend, Pensylavania, Love Pleasure, Dr. Calderón, British Pride y
Tarso.
Patilargo fue montado
por Víctor Tejada, que lograba su segunda victoria en el Clásico del Caribe
para igualar a Alberto Zepeda.
Esta decimoctava edición
resultó ser la quinta desilusión que sufría la afición hípica venezolana, que
llenó el hipódromo, con la esperanza de ver a un local coronarse. Para el
entrenador de Patilargo, el Sr. Félix Rodríguez Jr, era su primera victoria en
este Clásico. En 1973 se impuso Montecarlo de Panamá, entrenado por su padre
del mismo nombre.
En cuanto a México, era su cuarta derrota consecutiva
en la justa internacional, Tigrillo había competido con una lesión, lo cual le
costo la carrera y a pesar de su esfuerzo cargo con la derrota. Era la primera
vez que la delegación mexicana mordía el polvo en el Hipódromo La Rinconada,
pero a pesar de ello, Venezuela, recibía su quinto descalabro en su propio
patio.
Don Fabián le otorga a
Venezuela su primera victoria como país sede del Clásico Internacional del
Caribe en 1990.
Y llega el
año de 1990, Venezuela sería otra vez el país anfitrión del evento, pero el
Hipódromo La Rinconada no seria el lugar en donde se llevaría a cabo la
competencia internacional, en esa ocasión se decidió que se desarrollara fuera
de la capital venezolana, celebrándose en el Hipódromo Santa Rita, en la ciudad
de Maracaibo.
Venezuela seguía los pasos de México, en cuanto
sacar el evento internacional de la capital, quizá para romper la mala racha
que tenían en cuanto a no poder saborear las mieles de la victoria en su Hipódromo
Insignia. O quizá se derivo por un aspecto técnico u operativo.
La verdad es que los venezolanos, hacían todo lo
posible para que Venezuela lograra la victoria, una sexta derrota en propio
territorio, sería un golpe fulminante para la afición hípica.
Fue "Don Fabián" el responsable de hacer
cumplir el deseo de los venezolanos al ganar el Clásico Internacional del
Caribe con la monta de Juan Vicente Tovar venciendo por escaso margen a
"Espaviento", de Panamá en la XXIII edición del Clásico.
Para esta XXIII edición del "Derby
Caribeño", dijeron presente: México, con "Parralax" y
"Serapeum"; Panamá, con "Espaviento" y "Andy";
Puerto Rico, con "Mi Pueblo"; República Dominicana, con "Brava
Dancer" y "Candice Akemi"; y los criollos "Don
Fabián", "Backyard", "Air Power" y
"Principito".
El ejemplar puertorriqueño "Mi Pueblo",
iba precedido de una gran campaña y era considerado como uno de los grandes
favoritos, al igual que los ejemplares mexicanos, que buscaban mantener su
jefatura en tierras venezolanas.
"Don Fabián" detuvo el reloj en 1:59
cerrado, para la distancia de milla y tres dieciséis (1,900 metros), despegando
medio, cuerpo sobre "Espaviento", de Panamá.
Más atrás llegaron en orden: "Backyard",
de Venezuela; "Parralax", de México; "Principito", de
Venezuela; "Candice Akemi", de República Dominicana; "Mi
Pueblo", de Puerto Rico; "Andy", de Panamá; "Air
Power", de Venezuela y "Brava Dancer", de República Dominicana.
El triunfo de Don Fabián en tierras Venezolanas
represento una gran alegría para la afición hípica de toda Venezuela, era la
primera vez que saboreaban las mieles de la victoria ante los suyos y
representaba la quinta victoria en el Clásico del Caribe.
En esta edición estuvieron ausentes
Trinidad-Tobago y Jamaica.
Aligheri otorga una gran
satisfacción a la afición hípica venezolana.
En 1997, cuando el ejemplar venezolano Aligheri
logro hacer añicos el maleficio de poder ganar el clásico internacional del
Caribe en la capital de Venezuela, en el Hipódromo La Rinconada, obteniendo la
sexta victoria en la justa internacional. Fue una victoria en donde los
venezolanos saborearon las mieles del triunfo con gran satisfacción.
Cabe recordar, que en el Hipódromo La Rinconada se
habían celebrado en cinco ocasiones la justa internacional y de esas cinco,
cuatro correspondieron a ejemplares mexicanos: en 1967 El Comanche obtuvo la
victoria; en 1971 Nacozareño se alzo con el triunfo; en 1975, Teziutlan se
impone de manera magistral; en 1980, Pikotazo logra la victoria y en 1985,
Patilargo de Panamá, habían arruinado los festejos en el Hipódromo La Rinconada.
En 1990, Venezuela logra obtener la victoria pero en el Hipódromo Santa Rita.
Y en el año de 1997, nuevamente, Venezuela era el
anfitrión de la justa internacional y la competencia se desarrollaría en el
Hipódromo La Rinconada, existía gran expectación de que si la delegación
venezolana, por fin lograría el triunfo en el Hipódromo La Rinconada. Tenían un
punto a favor, en esa ocasión no estarían presentes ejemplares mexicanos, ya
que el hipismo en México se encontraba en una gran crisis, tanto en la calidad
de sus ejemplares como de carácter administrativo como económico.
Y este hecho, significó para Venezuela el gozar
con plenitud la victoria obtenida por Aligheri en 1997.
Water Jet le otorga a
Venezuela la segunda victoria de manera consecutiva en el Clásico del Caribe y
su tercer triunfo consecutivo en suelo venezolano.
En el año 2010, Venezuela organizaba por octava
vez el Clásico Internacional del Caribe y el triple coronado Water Jet,
respondia como amplio favorita para llevarse los honores de la edición 43 del
Clásico del Caribe disputado en el Hipódromo La Rinconada de Caracas.
El purasangre, conducido por Emisael Jaramillo y
entrenado por Gustavo Delgado, dejo en segundo sitio a su compatriota Gran
Charlie, y en la tercera posición arribo el representante de México, Jethro.
Desde la partida, el triplecoronado venezolano
asumió la punta y no la cedió ante el acoso de Tato Zeta, Voy Por Que Voy de
Panamá.
Water Jet, ganó con una ventaja de 5 cuerpos, logrando
parar los cronómetros en 108'4 para los 1.800 metros de la competencia en la
que participaron nueve ejemplares de Venezuela, Panamá, México y Puerto Rico.
Emisael Jaramillo con esta victoria lograba su tercer Clásico del Caribe.
Novena ocasión que Venezuela
es anfitriona del Clásico Internacional del Caribe.
El próximo domingo 7 de Diciembre, el Hipódromo La
Rinconada se vestirá de gala para presentar a la carrera más importante de la
Región del Caribe, el Clásico Internacional del Caribe. Dos delegaciones
aceptaron el reto y estarán presentes con sus mejores ejemplares a esta fiesta
hípica del Caribe.
Venezuela sale como favorito para lograr su décimo
tercer clásico y empatar a Panamá en cuanto al número de victorias obtenidas en
el Clásico del Caribe.
Asimismo, tendrán en mente romper el record
mexicano en cuanto a que los ejemplares venezolanos realicen la jugada
perfecta, esto es, que logren el 1-2-3 y 4 para empatar a México y si desean
superarlo, solamente tienen que hacer el esfuerzo de hacer el 1-2-3-4 y 5.
Puerto Rico busca su novena victoria y para ello
envió a su mejor representante, Lluvia de Nieve, triplecoronado que buscará
derrotar a los ejemplares venezolanos y de Panamá. Una misión sólo para
gigantes, se espera que La Rinconada se vista de blanco, ya sea que les caiga
una Lluvia de Nieve o aparezca una Ninfa del Cielo.
México, es el país ausente a esta justa
internacional, esperando que las próximas ediciones de esta justa
internacional, estén presentes los ejemplares mexicanos y compitan de manera
plena.
Suerte a los participantes en la 47 edición del
Clásico del Caribe y que gane el mejor, juego limpio debe ser la distinción de
los ejemplares en la Región del Caribe.
Por cortesía de Youtube y §Recta Final§ el
siguiente video:
No hay comentarios:
Publicar un comentario